1 mayo, 2024

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RUMBO AL BALLOTTAGE

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Por El Pingüino

La jornada electoral del 25 de octubre deparó varias sorpresas no previstas por las consultoras de opinión pública. En provincia de Buenos Aires la macrista María Eugenia Vidal le ganó cómodamente al oficialista Aníbal Fernández. El recuento de los votos puso en evidencia un gran corte de boletas que terminó perjudicando al jefe de Gabinete. 

Quedó en evidencia una dura lucha en el seno del justicialismo bonaerense fruto de la decisión de Florencio Randazzo de no querer competir por la gobernación y la posterior interna entre Fernández y Domínguez. Dio la sensación de que el jefe de Gabinete había sido el candidato impuesto por Cristina, lo que habría provocado un gran malestar dentro del PJ y especialmente en los “barones” del conurbano.

Pero la nota saliente de la histórica jornada del 25 de octubre fue la escasa diferencia entre Scioli y Macri. El recuento de los votos demostró que el gobernador bonaerense le había ganado al lord mayor porteño por tres puntos (37 a 34). Para Scioli fue un baldazo de agua fría. Si bien ganó inobjetablemente ese 37% le impidió concretar el gran sueño de ganar en primera vuelta. Su semblante en la noche del domingo 25 de octubre era por demás elocuente. Cuando habló a la militancia se lo notaba ofuscado y fastidioso. Todo lo contrario a lo que acontecía en el búnker de la fuerza Cambiemos, donde todo era euforia y algarabía. No era para menos. Macri había hecho una elección por encima de sus expectativas. Ni el más optimista militante macrista hubiera imaginado que su líder incrementaría en varios puntos el porcentaje obtenido en las PASO. Las urnas demostraron que sacó unos 8 millones 600 mil votos, lo que lo ubicó muy cerca de Scioli quien obtuvo poco más de 9 millones de votos.

A partir del 25 de octubre otro es el panorama electoral ya que la del 22 de noviembre será elección inédita en la historia argentina. Ahora serán sólo dos los contendientes y el que sea más astuto a la hora de convencer a quienes no votaron a ninguno de ellos el 25 de octubre será el próximo presidente. Aquí juegan un rol esencial los cinco millones de votos que sacó el tercero en discordia, Sergio Massa. La mayoría de esos votantes son peronistas críticos del gobierno nacional. La pregunta del millón es la siguiente: ¿primará en ellos el antikirchnerismo o la antipatía a Macri por su “gorilismo”? Si en el ballottage está presente la antinomia kirchnerismo-antikirchnerismo Macri llevará todas las de ganar porque logrará que lo voten los argentinos y argentinas que no están conformes con el gobierno nacional. Pero si impera la antinomia peronismo-antiperonismo el beneficiado será Scioli ya que logrará ser apoyado por todos los peronistas del país que no estarían dispuestos a votar a Macri, sean peronistas kirchneristas o peronistas antikirchneristas.

El resultado golpeó duramente a Scioli y al gobierno nacional. Como era de esperar el oficialismo no se cruzó de brazos cruzados e inmediatamente contraatacó con dureza. Empleó una antigua táctica política: utilizar el archivo como herramienta de combate. Puso en pantalla un discurso de Martínez de hoz de 1980 en el que expone sus ideas económicas, muy similares a las ideas de los economistas cercanos a Macri, como Carlos Melconián. Desde Cambiemos salieron con los tapones de punta y acusaron a Scioli y el gobierno nacional de haber iniciado una campaña sucia contra Macri. Creo que al gobierno nacional no le conviene semejante táctica porque puede llegar a transformar a Macri en la víctima de una conspiración orquestada por el “perverso” kirchnerismo. De todas maneras, a la sociedad lo que más le importa es el plan de gobierno tanto de Scioli como de Macri. En este sentido, el debate que protagonizarán el próximo 15 de noviembre será crucial para la suerte de ambos.

El resultado electoral del 25 de octubre dejó mejor parado a Macri que a Scioli. El no haber podido ganar en primera vuelta dejó a Scioli en una posición desventajosa en la dura lucha que le espera de aquí al 22 de noviembre. Algunos medios de comunicación enfrentados al kirchnerismo están hablando de un punto de inflexión histórica, de la histórica posibilidad que tiene la Argentina de dejar atrás y para siempre una era dominada por el populismo y la corrupción. Algunos colaboradores de La Nación, por ejemplo, no dudan en tildar de “cruzada ética” el próximo ballottage. En la vereda de enfrente se encuentra un Scioli golpeado pero no derrotado. Si bien no expresa el sentir del kirchnerismo duro y puro, es el único capaz de impedir la restauración menemista que se produciría en caso de ganar Macri. De ahí lo vital que resulta votarlo el 22 de noviembre.