17 mayo, 2024

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HASTA SIEMPRE, MARISCAL PERFUMO

K

Por el Pingüino

El fallecimiento de Roberto Alfredo Perfumo conmovió a la opinión pública, fundamentalmente al ambiente futbolístico. Emblema de Racing, cruzeiro, river y la selección nacional el mariscal es considerado el mejor back central de la historia del fútbol argentino. Rápido, inteligente, aguerrido y muy habilidoso, Perfumo fue una muralla inexpugnable para los delanteros rivales. Alcanzó el estrellato en el mítico equipo de José, el impresionante conjunto de Racing comando por Juan José Pizzuti. La influencia del técnico fue tan visible que probablemente no hubiera existido tal conjunto de no ser por Pizzuti. Al asumir como técnico apoyó a jóvenes promesas de aquel entonces, como Cejas, Basile, Cárdenas, el panadero Díaz y Roberto Perfumo. Repatrió a Maschio y junto a otros jugadores importantes como Martín, Rulli y Raffo, daría forma a un equipo que fue considerado por muchos como revolucionario. Pizzuti les inculcó a los jugadores una mentalidad ganadora. En consecuencia, el equipo comenzó a salir a ganar en todas las canchas. Atacaban todos salvo dos jugadores: el arquero, Agustín Mario Cejas, y Perfumo, quien se bastaba a sí mismo para desbaratar la ofensiva del rival. El equipo de José mantuvo un invicto de 39 partidos hasta que perdió con River en el monumental 2 a 0. Pero luego continuó con su racha triunfal hasta coronarse campeón tres fechas antes de la finalización del torneo. Era 1966 y un año antes estaba en lo más profundo del abismo. Ese campeonato le permitió al equipo de José participar de la copa Libertadores del año siguiente. Según los estudiosos de las estadísticas fue la copa más larga de la historia. Para obtenerla Racing debió disputar 20 partidos, es decir un torneo corto actual. Se enfrentó con muy buenos equipos como el propio River (había perdido increíblemente la final el año anterior ante Peñarol) y Universitario de Perú, la base de la selección que dos años más tarde eliminaría a la selección en la cancha de Boca. Racing disputó la final con el durísimo Nacional de Montevideo. En ese equipo jugaba cada “nene” que metía miedo: Ubiñas, Cococho Álvarez, Montero Castillo, Urruzmendi, etc. Primero jugaron en Avellaneda y luego en el Centenario. Salieron 0 a 0 en Argentina y en Uruguay. Más que partidos de fútbol fueron guerras medievales. El tercer y definitorio partido se jugó en Chile y ahí sí Racing sacó la ventaja suficiente como para coronarse campeón de América. El equipo de José era el mejor equipo de América pero faltaba lo mejor: conquistar la copa intercontinental. La empresa era harto difícil porque su rival era el Celtic de Glasgow que había obtenido el campeonato europeo derrotando al poderoso Inter de Helenio Herrera. La primera final se jugó en Escocia y el  Celtic ganó por la mínima diferencia. En el elenco escocés se destacó el puntero Johnstone, imparable para la defensa de Racing, incluso para Perfumo. En la revancha Racing ganó 2 a 1 lo que obligó a la realización de un tercer y definitorio partido. El mismo tuvo lugar en el mítico Centenario donde el público local le hizo sentir a Racing su condición de visitante. El partido fue una verdadera batalla campal, una carnicería. Hubo cinco expulsados (tres escoceses y dos argentinos), patadas, trompadas y empujones. En ese partido Perfumo brilló como nunca, tal como lo había hecho en Chile en el partido definitorio contra Nacional. El partido se definió al comienzo del segundo tiempo cuando Cárdenas lanzó un misil desde unos treinta metros que se incrustó en el ángulo superior derecho del arquero Fallon. El final fue apoteótico. Racing se consagraba campeón del mundo. Era el primer equipo argentino en lograrlo. En la Argentina festejaron todas las hinchadas. Se consideraba el triunfo de Racing como una victoria del fútbol argentino. Fue el momento más glorioso de Racing. Fue, también, el más glorioso de Perfumo. Para el Mariscal fue quizá una revancha personal por lo que había sucedido un año antes en Wembley, cuando Argentina fue eliminada injustamente por Inglaterra en el mundial.

 

El equipo de José continuó siendo protagonista en el fútbol argentino dos años más. Al año siguiente disputó tres memorables combates contra Estudiantes de la Plata por las semifinales de la Copa Libertadores. Quedará grabada en las retinas de los argentinos la patada que el Mariscal le propinó a Carlos Salvador Bilardo en el partido revancha disputado en la cancha del Pincha. En el segundo semestre disputó un triangular junto a Vélez y River para determinar el campeón del Nacional de ese año. Al año siguiente disputó la semifinal del metropolitano en la cancha de Boca contra Chacarita, equipo que terminaría consagrándose campeón al vencer en la final a River 4 a 1. El partido se disputó en la cancha de Racing. En noviembre y diciembre el equipo de José participó de un torneo a dos ruedas con los restantes equipos de Sudamérica que habían obtenido la intercontinental: Estudiante, Peñarol y el Santos de Pelé. Echado de Racing tiempo después el mariscal jugó para Cruzeiro, uno de los equipos más importantes de Brasil. Fue compañero del astro Tostao, figura estelar del Brasil campeón en México 1970. A comienzos de 1975 regresó a la Argentina con la idea de dar por finalizada su carrera como futbolista. Lo convenció de lo contrario nada más y nada menos que Ángel Labruna, el técnico de river que tenía una obsesión: terminar con la sequía de 18 años sin campeonatos. Perfumo fue una pieza clave en la estructura que armó Labruna para sacar campeón a River. Los millonarios fueron campeones dos veces en 1975 y una vez en 1977. En 1976 perdieron con Cruzeiro la final de la Copa Libertadores porque la mitad de los titulares del millonario no pudieron jugar, por lesiones y expulsiones, la final en Chile. La carrera de Perfumo se completa con su participación en la selección. Participó en dos mundiales: el de 1966 y el de 1974. En Inglaterra la Argentina fue eliminada en cuartos de final por el local en Wembley. 1 a 0 fue el resultado. En 1974 el equipo capitaneado por el Mariscal fue vapuleado por la genial Holanda de Cruyff, Rep y compañía. En el medio, en 1969, el mejor seleccionado peruano de la historia, comandado por  Chumpitaz y Teófilo Cubillas, eliminó al equipo local al empatarle en la Bombonera 2 a 2. Fue la mayor frustración futbolística del Mariscal.

 

Como puede observarse, la carrera del Mariscal fue sencillamente brillante. Sus excepcionales cualidades le permitieron enfrentarse a jugadores de la talla de, entre otros, Pelé, Cruyff, Gerd Muller, Rivelinho, Jairzinho, Artime, el lobo Fisher, la bruja Verón y Mario Alberto Kempes. Como director técnico dirigió, entre otros equipos, a Sarmiento de Junín, Olimpia de Paraguay, el lobo platense y su amado Racing. Su intransigencia con las barras bravas y algunos dirigentes venales le cortaron la carrera. Luego se dedicó al periodismo deportivo. A comienzos del siglo XXI conformó una dupla memorable con Víctor Hugo Moráles en el programa “Hablemos de Fútbol”. También participó como comentarista en Fútbol para Todos, tanto en la etapa kirchnerista como en la etapa macrista. Este año había comenzado a hacer dupla con Horacio Pagani en un programa de tango y fútbol en Radio Nacional. El jueves 10 de marzo a la madrugada, mientras participaba de una cena con sus amigos en un  restaurante de Puerto Madero, un aneurisma acabó con su vida.

 

Adiós Mariscal. Los hinchas de Racing jamás te olvidaremos. Tampoco lo harán los amantes del buen fútbol.